Realmente depende de la especie de la planta: algunas plantas son más sensibles y otras son menos sensibles a la radiación que los humanos. También hay una gran variación entre los animales: los moluscos y los insectos son bastante resistentes a la radiación, mientras que los mamíferos son relativamente sensibles. Una de las mejores fuentes de información es el informe de 1996 del Comité Científico de las Naciones Unidas sobre los Efectos de la Radiación Atómica (UNSCEAR).
Hay una serie de factores que entran en juego para determinar la sensibilidad a la radiación. Entre las células:
- ¿Ladran los perros esquimales siberianos?
- ¿Qué hacen los lagartos cuando se encuentran con un lagarto de una especie diferente?
- ¿Los reptiles se involucran en un comportamiento de aseo personal?
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- Grado de especialización celular (las células no especializadas son MÁS sensibles a la radiación que las células altamente especializadas)
- Tasa de división (las células que se dividen rápidamente tienen menos tiempo para reparar el daño del ADN y son más sensibles)
- Vida reproductiva (las células que se dividen durante toda la vida del organismo tienen un período de tiempo más largo para transmitir el daño genético)
- Niveles de oxígeno (las células altamente oxigenadas sufren más daño en el ADN que las células anóxicas)
Además de todo esto, la sensibilidad de un organismo depende en parte del volumen total de los cromosomas. Cuanto más grandes son los cromosomas como porcentaje del volumen celular total, más grande es el objetivo para que llegue la radiación.