Hay dos enfoques generales. Uno se basa en la comprensión de la biología del aparato visual de una especie. Este enfoque dice mucho de lo que podría ser posible, aunque no arroja resultados que nos indiquen el rendimiento visual real de la especie.
El otro enfoque se basa en comprender qué tan bien la estructura y la fisiología del sistema visual funcionan juntas en la práctica. Este enfoque se llama psicofísica, una de las especialidades más antiguas en psicología experimental. Existen métodos particulares para entrenar animales (con mayor frecuencia utilizando procedimientos de aprendizaje operante) para responder a estímulos visuales en condiciones altamente controladas. Los procedimientos de análisis de datos permiten conclusiones claras sobre las capacidades visuales de los animales.
Estos métodos psicofísicos se pueden usar para estudiar cualquier capacidad sensorial en cualquier especie que se pueda entrenar para responder según sea necesario. Por ejemplo, dirigí un programa de investigación de laboratorio como este que estudió las capacidades olfativas de los perros. Esta tecnología nos permitió identificar los compuestos particulares que estaban utilizando para alertar sobre fuentes de olores químicamente complejos (en nuestro caso, explosivos o drogas), así como las concentraciones más bajas de estos compuestos que pudieron detectar. Existe una gran literatura de investigación psicofísica que detalla las capacidades sensoriales de muchas especies.
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