La causa más común de una convulsión clásica en los gatos es la intoxicación aguda. También pueden ocurrir semanas después de una lesión en la cabeza o algún otro daño al cerebro del que el gato aparentemente se ha recuperado. Pueden ser causados por un derrame cerebral, enfermedad metabólica y epilepsia.
Una convulsión es un episodio repentino e incontrolado de sacudidas de las extremidades, orinar, defecar, golpear las mandíbulas y colapsar. También pueden consistir en signos no tan obvios como mirar al espacio o “atrapar moscas”.
Suceden cuando la actividad electroquímica ocurre a un nivel anormal en el cerebro. Pueden ser un evento aislado, un grupo de eventos o repetirse con el tiempo.
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Algunas convulsiones de gatos son atípicas, lo que significa que presentan síntomas distintos de los movimientos clásicos de tipo convulsivo. Esto puede incluir comportamientos extraños como atacar a su dueño, otra mascota o incluso a ellos mismos. Si nota algún comportamiento repentino inusual, podría ser una convulsión.
Si la convulsión no se detiene, su gato necesita ver a un veterinario lo antes posible. Si se trata de una convulsión aislada, al menos llame a un veterinario y obtenga un consejo médico adecuado.
Síntomas, causas y tratamientos de convulsiones en gatos