¿Los carnívoros salvajes piensan que su comida recién capturada sabe mal?

Apenas lo creo, por las siguientes razones.

Primero, tienen la opción de ir tras cualquier presa que quieran, así que me imagino que algo desagradable sería mal visto e ignorado. A menos que estuvieran en un modo de hambre.

En segundo lugar, en mi observación de horas de ver Discovery Channel, siempre parecen salivar, lamiéndose los chumps con anticipación ante la idea de desgarrar la carne del animal que está siendo acosado. No podría ser tan mal sabor o se abordaría como cené, con la idea de comer zanahorias.

En tercer lugar, la aceptación del sabor es una cosa adquirida. Al igual que yo comiendo zanahorias si me las dieran ahora, pero nunca las cazaría (compraría).

Aparte de las zanahorias, como todo. Soy como Andrew Zimmern en el programa de televisión Bizarre Food. Pero no siempre fui así. Cuando éramos niños, teníamos una fruta llamada “Tinking Toe”, que olía como su nombre lo indica, alguien con pie de atleta. Además del olor apestoso, sabe a vómito, no es broma. No hay problema, hoy me encanta e incluso lo compraría. Gusto adquirido.