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David Youlden hace varios puntos sorprendentes en el prólogo de este libro:
- No hay una bala mágica que resuelva el problema de la caza furtiva.
- No hay soluciones tecnológicas para la caza furtiva.
- Una campaña militar sería ineficaz.
- Lo que se necesita es una doctrina integral, pragmática y de aplicación de la ley.
Rory y su coguionista, Yakov Aleksayev, han producido el primer borrador de esa doctrina.
- ¿Cuál es la diferencia entre conservacionistas y conservacionistas?
- ¿Cuáles son algunas sociedades de conservación de vida silvestre en los Estados Unidos?
- ¿Por qué se asocia el conservacionismo con la masculinidad?
- ¿Qué pasos deben tomarse para mantener limpio el santuario de vida silvestre?
- ¿Cuáles son los mayores desafíos diarios para las personas que trabajan en áreas protegidas (por ejemplo, guardaparques, investigadores de campo, conservacionistas)?
El plan en sí está claramente establecido y me parece integral. Esboza un esfuerzo contra la caza furtiva de ocho pasos:
- La recogida de información
- Investigación
- Desplegar equipos contra la caza furtiva
- Rastreo
- La aprehensión de los sospechosos.
- Técnicas de interrogación
- Enjuiciamiento
- Medidas de prevención.
De los ocho pasos del proceso contra la caza furtiva, solo tres son de tono militarista: despliegue, seguimiento y aprehensión.
Rory también enfatiza muchas veces trabajar dentro de la ley y respetar a las personas, incluso a los cazadores furtivos, enfatizando la naturaleza no militar de la campaña. La sección sobre interrogatorios, por ejemplo, no es un manual de tortura, pero sugiere tratar al sospechoso con respeto, generar empatía y darles la oportunidad de explicarse.
Lo que me llamó la atención sobre muchos de los capítulos es su tono de hecho y la relativa simplicidad del consejo. Esto encaja con el tema mantenido en todo el manual: la lucha contra la caza furtiva no es una cuestión de esfuerzo sobrehumano por parte de héroes solitarios, sino de un trabajo paciente, cuidadoso y generalizado.
Mi única crítica leve sería que la cuestión de las operaciones contra las personas que están más arriba en la cadena de contrabando de marfil fuera de África no se aborda en el manual, pero quizás este sea simplemente el lugar equivocado para ello. Quizás también habría espacio para una expansión que detalla estrategias efectivas de educación y sensibilización.
La sección sobre motivación de los cazadores furtivos es fascinante. Algunos cazadores furtivos son hombres malvados a los que no les importa el hecho de que están destruyendo un recurso invaluable, pero otros son personas desesperadas que intentan alimentar a sus familias. Rory hace un punto fuerte de que estas personas evitarán igualmente la caza furtiva si se les paga por hacerlo.
Un breve párrafo que compara a los cazadores furtivos con traficantes de drogas y describe cómo el dinero que obtienen de sus crímenes puede parecer atractivo para los jóvenes fue escalofriante. Rory señaló que los cazadores furtivos deben ser vistos destinados a la cárcel, no a una vida de lujo, para reducir el flujo de reclutas.
En general, un excelente recurso en la lucha contra la caza furtiva y, espero, uno que se imprimirá y reimprimirá, se vertirá y se estudiará, y se implementará en todas partes donde los animales están en peligro de extinción.